En Argentina, una botella de Heineken de 330 cc se vende en supermercados como Coto o Carrefour a $2193. Para encontrarla más barata, habría que viajar al exterior. En Londres, por ejemplo, la misma cerveza cuesta 1,08 libras en la cadena Sainsbury’s, equivalente a $1660,90, un 25% menos. En París, un Carrefour la ofrece a 1,08 euros ($1419,32), mientras que en Nueva York, en Walmart, sale 1,62 dólares ($1887,3). La cerveza no es un caso aislado: el café, el pan lactal, las golosinas, las hamburguesas, la ropa, los celulares, las tablets y los neumáticos también posicionan a Argentina como uno de los países con los precios en góndola más elevados del mundo.
Un análisis realizado por el diario La Nación, basado en precios de tiendas online en diversas ciudades, confirma esta tendencia. El Gobierno, por su parte, monitorea estos valores mensualmente, esperando que la apertura a importaciones y la reducción del “costo argentino” —una combinación de impuestos altos, tasas de interés elevadas, tipo de cambio, infraestructura precaria y logística costosa— comience a moderarlos. A esto se suman márgenes empresariales que, según el Gobierno, no se ajustaron aún al descenso del riesgo país, que pasó de 3000 a 700 puntos básicos en el último año y medio según JP Morgan.
Los márgenes de ganancia de las empresas reflejan las dificultades del entorno económico. Un informe de la consultora Abeceb, dirigida por Dante Sica, muestra que en 2014, tras el cepo cambiario, la rentabilidad promedio de un grupo de empresas era del 16%. Durante el gobierno de Mauricio Macri, cayó a 7,3% en 2017, 6,3% en 2018 y 4,1% en 2019, pero repuntó al 14,15% en 2022. En 2025, se moderó al 5,9%, más cerca de estándares globales, aunque ciertos sectores aún muestran retornos elevados. Por otro lado, el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), ligado a la CTA, reporta márgenes más altos: al primer trimestre de 2024, un grupo de empresas promediaba un 20% de ganancia, con casos como AA2000 (40,2%), Pampa Energía (36,3%), Richmond (31%), Tecpetrol (30,5%), Arcor (27%) y Loma Negra (26,1%).
Disparidades que afectan el consumo
El objetivo del Gobierno es incentivar inversiones con márgenes más bajos, aumentando la oferta y la competencia para reducir la inflación y mejorar el poder adquisitivo. Sin embargo, los precios de varios productos esenciales siguen siendo un obstáculo. El café, por ejemplo, es otro caso paradigmático. Según el Sistema Electrónico de Publicidad de Precios Argentinos (SEPA), un frasco de Nescafé Gold de 100 gramos cuesta $22.000 en Disco, $20.335 en Coto y $18.525 en Carrefour. En San Pablo, en Pão de Açúcar, sale por 33,99 reales ($7047,40), y en Nueva York, en Walmart, por 13,99 dólares ($16.298,35).
Incluso en productos de origen local, Argentina lidera en precios altos. El pan lactal Bimbo Blanco de 550 gramos cuesta 4,72 dólares en el país, frente a 2,13 dólares en París, 2,33 dólares en Madrid y 2,62 dólares en San Pablo. La leche larga vida, otro ejemplo, vale 2,08 dólares por litro en Argentina, el doble que en Brasil (1,02 dólares). Los costos logísticos, que en el mundo representan un 4-5% del precio y en Argentina un 12-13%, agravan la situación.
En sectores como la electrónica y la indumentaria, la brecha es aún más pronunciada. Un Samsung Galaxy S24 Ultra de 256 GB cuesta 2184,16 dólares en Argentina, un 40% más que en Santiago de Chile (1557,23 dólares) y más del doble que en Nueva York (1075 dólares) o San Pablo (1044,85 dólares). Una camisa Zara para hombre se vende a 80,6 dólares en Argentina, frente a 29,42 dólares en Madrid, y una zapatilla Adidas Zamba a 169,04 dólares en Buenos Aires, contra 100 dólares en Nueva York y 117,37 dólares en México.